Datos históricos de Jimena de la Frontera

Una población que crece bajo su castillo en las laderas del cerro de San Cristóbal, al amparo de alcornocales, quejigales y riberas, bajo la mirada del caudaloso y a la vez exiguo Hozgarganta.

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JIMENA DE LA FRONTERA

La historia de Jimena de la Frontera se remonta a la prehistoria con una atribución cronológica del III Milenio a.C., demostrada por la presencia de numerosos abrigos rocosos decorados con representaciones esquemáticas, destacando la Laja Alta y Chinchilla situada en el mismo cerro del castillo.

Las evidencias arqueológicas halladas en la zona del castillo denotan una ocupación entre los siglos V-III a.C. dentro del horizonte turdetano. Lo mismo ocurre ya en el siglo I a.C. con la presencia de monedas libio-fenicias bilingües con el topónimo latino de OBA y el mismo nombre en el alfabeto libio-fenicio, fechadas entre el 47-44 a.C.

El escritor latino Plinio, en su descripción de la Bética, cita los habitantes de las costas, así como a los asentados más al interior y les atribuye un origen norteafricano y fenicio.

Con la llegada de los romanos el nombre OBA pasa a latinizarse y adquiere la categoría de Municipium Res Publica Obensis durante el mandato del emperador Vespasiano (69-79 d.C.), contando con un Senado local.

Ya en el siglo III la denominación OBA desaparece, debido probablemente a las invasiones germánicas, siendo esto corroborado con la aparición en las cercanías de San Pablo de Buceite de una lucerna cincelada en forma de paloma, así como una moneda del emperador Constantino, ambas del siglo IV d.C., pasando a tener una función de control de paso hacia las zonas del interior.

Entre los siglos V-VIII, la zona de control de paso va adquiriendo un carácter defensivo cada vez más estable, pudiéndose especular con el doble amurallamiento y la cimentación de la torre del homenaje de origen romano-bizantino, creándose ahora una guarnición bizantina.

De la ocupación musulmana no contamos con datos precisos, aunque sabemos que en el año 711 Musa desembarca en el Estrecho de Gibraltar, avanzando hacia el interior y conquistando las zonas a su paso, pudiendo pasar el territorio de Jimena a manos musulmanas.

En 1059 el territorio de Jimena pasa a depender administrativamente del Reino Taifa de Sevilla.

A finales del siglo XII es cuando el castillo sufre importantes reformas con el dominio almohade sevillano, transformando la torre del homenaje, la torre albarrana, puerta de acceso y la ejecución de nuevos aljibes. Es ahora cuando adquiere una importancia militar.

Del año 1293 es la primera constancia que hay de textos escritos en la que se menciona la Jimena islámica, siendo el sultán merinita Abu Yacub el que hizo entrega al rey nazarí de Granada una serie de territorios entre los que se menciona XEMINA, una población con un papel determinante en las conquistas castellanas.

Los conquistadores llevan a cabo varias actuaciones, la más destacable el refuerzo del enclave fronterizo ya denominado XEMINA, construyéndose una nueva fortificación. La ciudad, en manos de Benimerines hasta 1319, es cedida por Ismael I, al Reino Nazarí de Granada a cambio de ayuda militar ante las numerosas avanzadillas cristianas que se estaban realizando en ese momento.

En el año 1431, Jimena cae a mano de los cristianos con el asalto del Mariscal de Castilla Pedro García de Herrera. La villa es despoblada para adquirir de nuevo un carácter puramente estratégico-militar. Dos décadas después, en el año 1451 se reconquista y pasa de nuevo a manos nazaríes, aunque poco después en el 1456 vuelve a estar en poder de los cristianos de forma definitiva.

Posteriormente y tras años de abandono, la población ocupa la ladera Este de la colina. La pérdida de Gibraltar en el siglo XVIII vuelve a transformar a Jimena en un enclave estratégico-militar, esta vez para luchar contra los intereses ingleses. Felipe V concede en 1717 el dictado de Fiel por su actitud durante la Guerra de Sucesión Española. A finales del presente siglo se empieza a construir el segundo alto horno andaluz de la Real Fábrica de Artillería de Carlos III a orillas del río Hozgarganta, que surte las necesidades bélicas de la zona y en cierta medida los conflictos acontecidos en el nuevo continente con la Guerra de Sucesión Española. La empresa se mantuvo mientras persistieron dichas circunstancias, pero los altos costos y el sitio de Gibraltar abocaron esta fábrica a su abandono. En el año 1811 la fortaleza es restaurada y acondicionada durante la Guerra de la Independencia. Este conflicto tiene a Jimena como escenario principal, con desastrosas consecuencias, pérdidas humanas y del patrimonio histórico local (como por ejemplo, la pérdida de los archivos municipales durante la invasión francesa).

<p">Tras el conflicto, el siglo XIX transcurre entre sobresaltos, como el pronunciamiento de Riego en 1820, representado en Jimena por el Batallón "Príncipe", uno de los primeros en sublevarse y con sede en la localidad. Aparte de esto, dos acontecimientos determinaron el desarrollo de la villa: el decreto de supresión de los señoríos en 1837, que supuso la independencia del poder ducal y el nombramiento de ciudad por el rey Alfonso XII de España en 1879.

En este siglo, “El Castillo” comúnmente llamado por los habitantes de la localidad, es transformado y aprovechado prácticamente en toda su extensión como consecuencia de las actividades agropecuarias, las cuales incitaron la desaparición y/o cubrición de los restos de la ciudad antigua, quedando a la vista en la actualidad las estructuras de carácter militar y los sistemas de aprovisionamiento de agua, como cisternas romanas, aljibes e incluso el depósito de agua municipal construido en la década de los años 70 del siglo XX, que hoy día sigue cumpliendo las mismas funciones que tiempos atrás.

 

ESTACIÓN DE JIMENA DE LA FRONTERA

Localizado a escasos 2 km de Jimena de la Frontera, la cual recibe su nombre en honor a la Patrona de la misma localidad, Ntra. Sra. Reina de los Ángeles. Su origen se remonta al año 1890, coincidiendo con la construcción de la estación de ferrocarril, que articula en cierta medida su núcleo urbano.